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Thursday, August 03, 2006

Taxi libre para el cielo.

Esta mañana ha transcurrido de manera normal. Una junta para definir cómo venderle más cigarros a la gente; tres tazas de café antes de las diez y una botella de litro y medio de agua para, según yo, ponerme a mano con mis riñones.

Luego, ver la noticias y saber que el mundo sigue yéndose al carajo, sólo que un poco más rápido que ayer. Del conflicto Líbano/Israel, ni hablar el día de hoy, del intervencionismo de EU en cuba tampoco, literalmente están como buitres esperando a que Castro muera para “ayudar” a tomar la decisión que tanto quiere el pueblo cubano (Capitalismo obvio), eso sí, sin que ningún otro país intente “ayudarlos” porque sólo ellos saben cómo hacer las cosas.

Luego me hecho hacía atrás en la silla y repienso las cosas. “El mundo no está tan jodido, simplemente es contrastante”. No existe tal cosa como el mundo ideal representado en las atalayas de los mormones o los testigos de Jehová, y dudo mucho que exista, además de que si existiera no estoy seguro de querer vivir en él.

La cosa es que también hay cosas buenas, o al menos, sorprendentes, como un transplante de cara a un chino. ¿Imaginan? Dentro de unos años ir al cirujano plástico va a ser cosa de jodidos, irán con ellos quienes no puedan pagar un transplante de cara con una bella jeta salida de una de las más flamantes fábricas de rostros del mundo. Si bien hoy en día no es raro ver que suceda un transplante, pero estamos acostumbrados a que los transplantes sean de órganos vitales y casi siempre de emergencia, pero desde la década de los sesenta la tendencia comenzó a cambiar con el primer intento de transplante de mano en Ecuador. El transplante duró dos efímeras semanas antes de que el cuerpo del receptor dijera que no estaba dispuesto a jalársela con la mano de otro individuo. De ese transplante hasta uno exitoso tuvieron que pasar muchos intentos y partes humanas hasta que en 1998 en un hospital (judío por cierto), lograron el primer transplante exitoso de mano en un tipo que tiempo atrás había perdido la mano izquierda en un accidente con fuegos pirotécnicos. Luego vinieron transplante de brazo en adultos y luego en bebés, como el caso de unas gemelitas malasias de las que una murió y la otra tenía un brazo muy deformado. ¿Solución? Amputar el brazo de la hermanita muerta y sustituir el bracito deforme con el sano. Un gran avance de la cirugía, es digno de aplaudirse en verdad. Quizás dentro de unos años también exista una categoría para estas personas así como hoy en día existen los discapacitados, “reconstruidos”, “reciclados”, “re-hechos”… No lo sé. Es de las cosas que hacen de nuestro mundo una gran dicotomía y a las que vale la pena echar un vistazo de vez en cuando.

Mmm Bueno me había desviado un poco del título del post…

Un día me subí a un taxi cerca del centro de la ciudad de México. Siempre que me subo a un taxi “leo” al chofer para ver más o menos quién va al volante. Era un hombre de unos 50 años flaco y moreno oscuro, con las uñas crecidas y mugrosas, y que luego sería recordado como “Don Cruz”. Estaba lloviendo y el chofer me habló con el típico

“Está fuerte la lluvia ¿no joven?”

Yo le dije que sí. Luego retomó la palabra y me dijo:

“Pues yo estos días los disfruto como uno soleado, hasta la lluvia tiene algo de bonito”

Yo le contesté con un gesto/sonrisa hueco. No tenía ganas de hacer mucha conversación. Durante un rato todo lo que se escuchó fue el ruido de los limpiaparabrisas hasta que otro coche se le atravesó al taxi de manera muy brusca. El conductor tuvo la consideración de bajar el cristal de su carro en medio de la lluvia para decir.

“¡Órale taxista hijo de tu pinche madre!”

Luego lo subió y se fue acelerando cabronamente su carro. El chofer del taxi solamente le dedicó una mirada directa pero no dijo nada sino hasta que el otro carro se fue.

“Pinches pendejos, no saben ni hacerla de pedo me cae. Uno se baja y se rompe la madre, no se anda con mamadas, si gritar es pa las viejas”

El comentario me hizo “leer” nuevamente al tipo, pero su fisonomía no le daba para ser un hocicón rompemadres.

“¡Pero mejor pal cabrón, porque se baja y me lo chingo!”

Entonces lo que me vino a la mente fue un amistoso:

“¿Qué? ¿A poco muy cabrón?”

Que emití con un tono parecido al que usaba él para hablar y con el afán de darle un poco de cuerda a alguien con complejo de cabrón.

“Uy joven…-Dijo alzando una mano como si le mentara la madre a alguien- Ire, hace unos meses que salí de la grande”

Grande… grande…Ah, cárcel! Discretamente mis ojos buscaron el tarjetón de identificación del chofer en el que pude ver su foto y en el que se alcanzaba a leer: “Roberto Cruz”.

“Salí y ire, lo primero que hice fue echar puro trago. Andaba yo en los huesos, le echaba aguas a los carros y con lo que sacaba, me ponía a tragar más mierda. Si ahorita ya estoy repuesto. Mi esposa me fue a recoger y me ha cuidado bien. Nombre! Antes estaba pior que perro flaco.”


La curiosidad me empezó a dar picotazos en la cabeza y de nuevo pregunté.

“Pero ¿por qué lo metieron al bote, estuvo mucho?”

“¡Veintiséis años joven!, ¡veintiséis!”

En ese tiempo pensé, -Mi edad, ¡es un chingo!- Y de ahí siguió solito.

“Un día estaba chupando con unos compas, ya estábamos medio pedos y llegó un cabrón a hacérmela de emoción que quesque porque le debía una lana.”

- Qué pedo pinche Cruz, no me pagas pero si te pones a chupar, me voy a llevar unas de las que tienen aquí pa ponernos a mano.

“Y a mi no me gustan las injusticias joven, porque yo ya le había pagado, y que le digo.”

- Mejor ábrase hijo de su pinche madre si no quiere que le reviente el hocico.

“Pero el pendejo se aferró a llevárselas y que nos empezamos a madrear. Iré, yo traía un cuete, pero era una madriza de cabrones, así que ni me pasó por la cabeza. Y que lo dejo bien madreado porque el wey iba bien pedo hasta que el güey dijo”

- “Vas a ver cabrón, ya sé donde vives y conozco a tu esposa y a tus hijos”

“Uy no hubiera dicho eso joven, ni la pensé, que me volteo con la pistola y que le pongo tres plomazos. El güey chillaba como cerdo, y entonces que me dice gritando el cabrón que iba a matarme a mi y a toda mi familia, ahí ya fue cuando le dije:”

-Tú no vas a matar a nadie cabrón.

“Y que le meto un plomazo en la jeta. Ahí quedó el pobre cabrón tirado, hasta se meó en los pantalones el güey. Pero pa qué se pasa de ojete. Y no me arrepiento joven, porque lo hice por mi familia, y ahorita ya estamos juntos y tengo tres meses sin agarrar la bebida. Primero Dios y las cosas ya van a estar bien.”

Me quedé meditando un buen rato en Don Cruz y pensé que tenía razón, las personas son una caja de sorpresas. Luego me vino a la mente la imagen del pobre tipo muerto sobre sus orines por unas chelas y una deuda que según Don Cruz, ya había cobrado.

Bueno ahí está… Una de esas historias incompartidas que ojalá les entretenga y les haga meditar un rato.

5 Comments:

Blogger Selara Majere Piensa que...

O_O moraleja, siempre hay alguien mas rapido, mas fuerte, o mas cabron que uno.

2:08 AM  
Blogger Outsider Piensa que...

Exacto!!

Y no necesariamente tiene que ser visible! n_n

7:44 AM  
Blogger The GriFter Piensa que...

orales...cadena alimenticia,rezo por no conocer al que esta arriba de mi todavia en mal plan

10:31 AM  
Blogger Selara Majere Piensa que...

Grifter ejem ese coment si que tiene muuuuchas lecturas jijijijijiji.

11:37 AM  
Blogger Korkuss Piensa que...

No cabe duda, nunca se es demasiado paranoide... el golpe fatal puede venir de cualquier lado...

Buen relato...

9:00 AM  

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