#profile-container h2.sidebar-title {display:none;}

Sunday, August 06, 2006

Mind Control…

Ingredientes:

Un host
Un parásito

Mézclense bien y espere a obtener los resultados.

Todos estamos expuestos a portar algún tipo de parásito a lo largo de nuestra vida, la mayoría de las veces la cosa no va más allá de que el médico nos recete unas pastillas y listo, pero hay ocasiones en las que la cosa se pone un poco peliaguda con organismos mucho más complejos y mejor equipados para alojarse por largos periodos en el organismo de su huésped, como por ejemplo el cisticerco, que una vez que lo tienes, te lo quedas.

Pero hay una característica de los parásitos que los hace de verdad sorprendentes: La manipulación de su host; control mental desde el interior mismo del organismo infectado. ¿Suena descabellado? Sí, pero es tan real como la computadora que tienes en estos momentos en frente de ti. Es un hecho que algunos parásitos modifican el comportamiento de su huésped para beneficiarse a ellos mismos, y resulta lógico si tomamos en cuenta el hecho de que parte de su ciclo de vida ocurre fuera del huésped, por lo tanto, tienen que buscar la forma de completarlo o de lo contrario morirían sin dejar descendencia.

Por ejemplo, hay un parásito llamado Dricocoelium que tiene como host final a algún animal rumiante, pero antes de convertirse en adulto vive fuera de un rumiante y se monta de un ser mucho más pequeño: Las hormigas. El Dricocoelium manipula de alguna manera a las hormigas para que suban a la punta del pasto, en donde las posibilidades de ser tragadas por una tranquila vaca pastando aumentan. Claro que la hormiga muere machacada por las muelas de la vaca, pero el Dricocoelium habrá conseguido continuar con su ciclo de vida exitosamente.

Quizás a estas alturas podrías pensar “Bueno, una hormiga no es precisamente el mejor ejemplo de una mente difícil de manipular”, así que pasaremos a algo un poco más complejo.

Hay un organismo llamado Euhaplorchis californiensis que infecta a los peces y no les produce un cambio visible hasta que necesita completar su ciclo de vida, entonces el parásito hace que el pez busque constantemente la superficie y le de por saltar alegremente una y otra vez, ¿Para qué? Para provocar que las aves pescadoras se traguen al pez y entonces el Euhaplorchis pueda completar su ciclo de vida dentro del ave. En realidad el pez como la hormiga un vehículo (llamados vectores) para llegar a su huésped final, lo que desata la interrogante: ¿Entonces quién fue manipulado? ¿El pez o el ave? Si me preguntan a mi, pienso que ambos.


Un caso más dramático es el de un gusano que infecta a algunos rumiantes, el gusano sabotea de alguna manera el sistema nervioso del animal y le hace saltar al agua, en la que, después de que el rumiante se ahogó, sale a continuar su ciclo de vida.

Luego podemos pasar a los humanos, en los que un gusano también (Gusano de Guinea), Dracunculus medinensis que provoca terribles dolores a la persona infectada que sólo se mitiga introduciendo los pies en agua. La razón es que el Dracunculus necesita el agua para desovar, para ello perfora los pies de su huésped y luego saca la parte anatómica correspondiente para depositar sus huevos en el agua.

Este último caso es un caso más de manipulación brutal a través del dolor que de una manipulación sutil, pero a final de cuentas el parásito obliga a su host a hacer exactamente lo que necesita.

De entre toda la galería de parásitos hay uno en particular que es bastante “nasty”, y que curiosamente sus “demandas” van de maravilla con su portador de cabecera: el gato. Se trata de un organismo llamado Toxoplasma gondii, que es causante de une enfermedad llamada toxoplasmosis, cualquiera que haya visto la película de Trainspotting recordará al pobre Tommy muerto sobre su colchón a causa de un derrame cerebral porque un gatito cagado que vivía con él lo infectó con toxoplasmosis, pues déjenme decirles que el Toxoplasma gondii es, por mucho, un organismo más elegante y complicado que los que hemos visto hasta este momento.

Se realizó un estudio para observar el comportamiento de las ratas cuando entran en pánico, los investigadores utilizaban orina de gato aplicada mediante un atomizador para inducir un miedo neuroquímico en los roedores, y funcionaba bastante bien, las volvía locas y si no atravesaban las paredes del contenedor para huir era porque sus garritas y dientes no les daban para tanto.

En un estudio posterior se aplicó la misma cantidad de orina a ratas infectadas con Toxoplasma gondii, y los resultados en un principio fueron un poco desconcertantes para los científicos, lejos de huir, las ratas se regodeaban en torno a la mancha de orina del gato y hasta buscaban quedarse cerca de ella. Resulta que de alguna manera el Toxoplasma modifica el comportamiento de la rata para que ronde lugares que son frecuentados por los gatos con el fin de aumentar las posibilidades de que la rata portadora sea tragada por un felino, y una vez adentro el Toxoplasma siga con su ciclo de vida en su huésped ideal, porque, hasta donde se sabe, el gato (tanto especies domésticas como salvajes), es el único portador que es capaz de infectar a otras especies a través de las heces, luego basta con el simple hecho de que alguien las barra, recoja, trague o respire para que exista un gran riesgo de infectarse con huevecillos de Toxoplasma gondii.

Pero además de esa genial característica del gato de no tener que ser devorado para infectar a otra persona, hay una peculiaridad que hace que el gato sea el anfitrión perfecto: Su conocido egoísmo. El gato es comúnmente identificado como una mascota con un carácter contrario al del perro, nada de noblezas ni de camaradería, o de pelar los dientes por nosotros si estamos en problemas. El gato tiende más a pensar que él es lo máximo y no sabe entender las cosas tan bien como los perros o a crear un lazo afectivo tan fuerte con su amo como un perro. ¿Cómo influye eso positivamente en el Toxoplasma? Con el hecho de que el Toxoplasma sabe que el gato va a buscar siempre su propio beneficio, y por ende, tratar de asegurar su supervivencia, y por lo tanto, la supervivencia del parásito.


Pero la cosa no para ahí, porque aunque el humano es un callejón sin salida para el Toxoplasma, porque no puede infectar a otros organismos, compensa ese hecho con la habilidad de modificar también el comportamiento de su huésped humano. De hecho hay estudios que sugieren que poblaciones enteras han tenido cambios culturales masivos debido al Toxoplasma, sobre todo en lo relacionado al ego, dinero, posesiones materiales, trabajo y reglas sociales, como es el caso particular de nuestro vecino del norte.

Por ejemplo, aunque los efectos pueden variar un poco dependiendo de si la víctima es hombre o mujer, pero ambos comparten una propensión a sentirse culpables todo el tiempo, lo que les hace personas a veces un tanto amargadas y con la gran desventaja de tomar muchas decisiones con pesar, lo que se mezcla con otros efectos secundarios del parásito: ansiedad y depresión, que obviamente son una bomba para el portador que bien puede ser que lo menos que la pase por la cabeza es que su depresión y “mala racha” se deba a un bicho que vive en su cerebro y que pescó gracias a algún felino.

Luego viene la parte creepy del asunto, y para eso haremos un pequeño retroceso hacia las ratas. De alguna manera el Toxoplasma “sabe” que los gatos no son animales carroñeros, no gustan de las presas muertas, por lo que dejan a la rata perfectamente sana a excepción de cierto daño en células nerviosas llamadas astrocitos, que se piensa, se relaciona con el repentino amor suicida que las ratas adquieren por la orina de gato, pero luego se toparon con el hecho de que en los humanos el Toxoplasma también afecta los astrocitos humanos pero con consecuencias un poco más serias que dejar que el gato orine en donde se le de la gana: Esquizofrenia, y aunque eso no significa que el Toxoplasma sea el causante de toda la esquizofrenia del planeta, la evidencia sugiere que si existe una estrecha relación entre el Toxoplasma y la Esquizofrenia por el daño en los astrocitos, que es una de las particularidades fisiológicas de la enfermedad, pero en el inter, la persona se vuelve más individualista y egoísta, comienza a preocuparse a tener más cosas para él mismo tratando de evitar que los demás se beneficien de sus logros, más o menos como lo haría un gato. Curioso, ¿no?, y todo con el fin de que el huésped asegure su supervivencia a largo plazo, y junto con la suya, la de su pequeña mascota: Toxoplasma gondii.


I can control your mind... Miau.

7 Comments:

Blogger Korkuss Piensa que...

"I am an evil mastermind and I'm not listening"... bueno, eso lo dijo otro gato... jejeje.

Mmmm, decididamente interesante; ahora, qué tan consciente estara el gato de la presencia de este huésped maldito? Será todo una conspiración felina??

De pronto recordé The dream of the thousand cats, de Neil Gaiman.

Saludos

9:09 AM  
Blogger Selara Majere Piensa que...

y yo todo el tiempo esperando que pasaras a parasitos bipedos, despues de eso, se me hacen casi inofensivos.

10:36 AM  
Blogger Outsider Piensa que...

K:

So, there was once this little being crawling over dirt, until it saw a place that wery well he could call home...

Así que entonces se arrastró hasta él y acarició su suave pelo mientras trepaba a través de él. Luego sintió su cálida sangre mitigar la abrumadora sensación del muerte que el mundo a la intemperie le provocaba y finalmente, descubrió en un segundo que su nuevo hogar podía ser una extensión de él mismo, mucho más evolucionada y adaptada al ambiente del que venía. Saboreó el contorno de sus nervios y extendió un invisible vínculo hacia la mente de su anfitrión.

Al despertar, el gato salió corriendo en busca de su primer alimento del día.

.......

Bueno my friend... Honestamente no creo que el gato esté al tanto de que lleva un polizón mental, en todo caso creo que el parásito está más conciente que el gato. Creo que encontró su "teammate" ideal para la tarea básica de cualquier ser vivo: La superviviencia.

Es curiosa la analogía con la historia de Gaiman, y estoy de acuerdo en que la liga mental es ineludible, aunque entonces qué pedo con el hecho de que después el hombre empieza a soñar? ¿Eso es cuando el Toxoplasma nos infecta a nosotros también?

Rayos... habrá que defenderse con más fuerza de los felinos, además de que me cagó la comparación que hacen de repente entre nosotros los humanos (Pobres monos víctimas de la evolución), y los perros, por aquello de que andamos en "packs".

S:

Sí... lo que los hace más temibles es que no son fáciles de detectar, a los parásitos bípedos sí, pero a veces los soportamos (o nos soportan, dependiendo la perspectiva), porque son simpáticos o hay algún lazo. Podríamos dedicarles un espacio también.

12:20 PM  
Blogger Korkuss Piensa que...

Mmmmmmm, será que todo es un sueño parasital???

Tema de café en mi cocina...

3:01 PM  
Blogger Selara Majere Piensa que...

touche, supongo que el tamaño si importa despues de todo.

4:33 AM  
Blogger Miruvore Piensa que...

Wooorale! On toy!!!

2:04 PM  
Blogger Outsider Piensa que...

Miruvore:

Usté dese una vuelta seguido... No sea que se entuma. JA!

No ya neta, dese una vuelta seguido por acá en sus ratos libres.

3:19 PM  

Post a Comment

<< Home