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Tuesday, September 26, 2006

Ready To Use And Abuse!

De todos los padecimientos sociales que ha traído consigo la civilización, uno del que he oído y leído mucho estos días, es el “Workaholismo”. Resulta que muchos se sienten workaholics por el hecho de pasar horas y horas en la oficina o en… Esperen. ¿Oficina? Desde ahí ya hay un problema con el workaholismo, la mayoría de las personas al escuchar la palabra “Workaholic” se hace en la mente la imagen de un pobre diablo en un escritorio frente al computador y una bola de proyectos que sacar, pero , no siempre es así. El “workaholismo”, es mal interpretado por la mayoría de las personas, confunden a alguien que trabaja duro con un workaholic, incluso ellos mismos se autoproclaman así, como si ser workaholic fuera un orgullo o la llave segura del éxito, poder, fama, reconocimiento, mujeres desnudas, felicitaciones de papá, ser el señor superchingónyotodaspuedo. En ese caso el diablo cerraría el departamento de pactos, porque el hijodeputa del hombre descubrió el workaholismo.

Si echamos un vistazo al panorama general veremos que no todos los grandes directores de los consorcios son workaholics, ni todos los workaholics son grandes directores o empresarios exitosos. Porque, resulta que, el workaholismo no reemplaza al talento, ni nos hace más astutos o inteligentes. En estos momentos algún listo debe estar pensando: “Sí claro, ¡pero yo, que me raspo el lomo como asno, debo tener algún mérito y recompensa sobre el resto de holgazanes que se va a casa temprano!” (Cabe aclarar que en la mente de este individuo, “temprano” es unos 30 minutos después de la hora oficial de salida). Señor asno: Eso se llama perseverancia y fue inventada mucho antes que el workaholismo a inicios de los setenta. De hecho, cualquiera que esté mucho tiempo en una misma empresa y en un puesto escalable, tiene la posibilidad de subir por descarte, y si bien el workaholismo le va a dar un empuje, no le garantiza que lo vayan a escoger sobre alguien que trabaja duro, bien, y probablemente, tenga mayor conciencia del mundo alrededor que usted.

“¿Entonces no porque sea workaholic voy a ser rico y reconocido?” ¡Dios! ¡Qué animal! Ahí tiene usted al pobre de Antonio Salieri, un workaholic total de la música que se dedicó a componer para Dios. Imagine usted esto: Jornadas interminables, ningún vicio, rezos, nada de mujeres, drogas ni puñetas, ¡¡nada de nada!!, según él, con eso iba a asegurar que Dios lo volteara a ver y le concediera la inspiración para esparcir su gracia a través de su música ¿Y qué pasó? Que llegó el buen Wolfgang Amadeus Mozart con sus pedas, putas, vicios, deudas, desmadre y le ganó el lugar. Es de los grandes. ¿Y tuvo que ser workaholic? No. Sólo tuvo que tener talento, y utilizar el cerebro cuando estaba suficientemente sobrio para hacerlo. Ya sé que está pensando algo así como: “¡Imagínese qué hubiera hecho si hubiera sido tan disciplinado como yo¡”… -_- No sea pendejo, ¡Los genios no podemos ser así!

Eso nos lleva a un lugar fuera de la oficina. Sí, fuera de la oficina, ande, venga, no tenga miedo. ¿No lo recuerda? Allá afuera hay un mundo con un montón de pendejadas para entretenerlo. Además, afuera de las oficinas hay gente como usted, tan adicta o más adicta que usted al trabajo. Lo puede ver en el tendero de la esquina que abre hasta en los sepelios de la familia. O piense en el taxista que trabaja 16 horas al día sentado sobre el carro (y seguramente sobre sus hemorroides también). ¿Y qué hay del músico maleta que se empeña en tocar día y noche para llegar a los grandes escenarios y tener éxito, poder, fama, reconocimiento, mujeres desnudas, felicitaciones de papá, ser el señor superchingónyotodaspuedo… ¿Le suena familiar? Claro, ¡lo acabas de leer hace tres párrafos cerebro de champiñón! Por supuesto que estas son formas de workaholismo. Lamento decepcionarlo si usted pensaba que el workaholismo es un “atributo” exclusivo de las oficinas modernas y brillantes como en las que seguramente usted trabaja; y créame que ninguno de ellos va a recibir un ascenso por parte de nadie. Lo más que recibirán será más dinero al final del día y la satisfacción de estar más tranquilos al otro día.

Espero que a estas alturas empiece usted, querido radioescucha, que muchas personas se quedan en el trabajo porque NO SE PUEDEN IR, y ya de paso se jactan del tiempo que están trabajando, a diferencia del workaholic real, que sí puede, pero prefiere quedarse en vez de irse a casa con la esposa, ir a ver una buena película, coger con alguien, salir con los amigos, o tirarse frente al televisor a rascarse un testículo.

Se sabe que el workaholismo obedece a un desorden de naturaleza obsesiva compulsiva, en donde gran parte del esfuerzo del individuo está encausado a mitigar la ansiedad que algo le provoca. Los workaholics dejan de lado todo para estar refundidos en sus respectivos trabajos valiéndoles madre esposa, hijos, deudas, familia lejana, los estrenos del mes, vicios, diversión y todas las otras cosas poca madre que tiene la vida porque les da paz, se desconectan: Plick! Tienen la ventaja de que su vicio de menos les remunera de alguna forma, pero no es tan distinto de la chica que pasa 15 horas frente al televisor, o el tipo que pasa todo el día pegado al Playstation.

Un workaholic trabaja alrededor de 100 horas a la semana, es decir , 60 horas más que el promedio de horas de trabajo de la gente normal. Quizás un “hard worker”, trabaje alrededor de 10 horas más porque tiene que ver que los “average workers” hagan bien las cosas y quiere darle ese “toque de calidad final” que luego por querer irse a casa, las personas descuidan en el trabajo. ¿Ya se van dando idea de dónde anda cada uno?

También existen casos de workaholismo cultural, como el caso de Japón, en donde la gente (literalmente), se mata por el exceso de trabajo. Un tiro para mandar a la mierda la presión social de trabajar hasta mientras uno está meando. Muchos de ellos no serían workaholics si no estuvieran en esas condiciones. ¡Hara kiri al huevon!

Ahora, todos tenemos cierto nivel de workaholismo en las venas, y hay que sacarle la mayor ventaja que se pueda, sobre todo si hay talento, pero, esperar o querer ser un workaholic, es como querer ser alcohólico a propósito. Mejor vean sus capacidades, relación costo-beneficio y utilicen su talento para hacer cosas lo más brillantes posibles. El talento los llevará mucho más lejos que la simple ejecución obsesiva. Es el típico ejemplo de la escuela: Sacar 10 no te garantiza que seas listo, simplemente dice que eres dedicado (ñoñonerdasqueroso).

Contrario al pensamiento general, los workaholics tienden a cometer una gran cantidad de errores, sobre todo a causa de las prisas y a que pierden de vista el objetivo del proyecto que van a realizar. También es posible que hagan que una empresa pierda a gente valiosa porque los “hard workers” no se acoplan a la forma de trabajo del workaholic, y hablando de su vida personal, se deteriora hasta un punto tal, que finalmente el único lugar en el que se sienten bien (o que les queda) es en el trabajo.

Aquí les dejo una clasificación de workaholics de un tal Dr. Robinson con comentarios de su locutor mental de esta ocasión.

1.- El workaholico bulímico:

Este espécimen tiene como bandera el: “o lo hago bien o mejor no lo hago” (¡mierda!, estoy de acuerdo con él, ¿ustedes no?), y el principal problema de este gargajo de oficina es EMPEZAR a hacer las cosas, para luego hacer todo a las carreras y terminar jodidísimo y exhausto. Caen en un círculo vicioso que daña su salud y perspectiva. Los psicólocos afirman que este tipo de workaholic tiene una baja autoestima que intenta mejorar a través del reconocimiento de los demás.

2.- El workaholico incansable:

Ama los deadlines y empieza los proyectos cuanto antes. Mejor ahora que luego a las carreras (Suena bien también ¿no?!). Estos monos no saben decir que no, ni reconocer las prioridades, ni delegar las cargas de trabajo a la gente adecuada. Este es el tipo de personas que hace las cosas de manera descuidada por la cantidad de proyectos que tiene al mismo tiempo.

3.- El workaholic con déficit de atención:

Tiene rachas de ideas y más ideas y vive en un constante caos (Puta madre, ¡esto no me está gustando!), tienden a empezar muchísimos proyectos, pero se aburren fácilmente y no los terminan, los mandan al caño.

El Workaholic salvador:

Metódico y con grandes problemas para dejar ir los proyectos, es el más grande perfeccionista que nunca puede decir cuándo un trabajo ya está terminado y hace cambio tras cambio de última hora porque teme que el resultado final nunca sea suficiente y además, el muy ojete genera trabajo extra para los demás cuando sabe que un proyecto está cerca de ser completado. (………).

Así que, si son workaholics, esperemos que también tengan talento y no sirvan solamente para romper las bolas de sus compañeros de trabajo. Y si no lo son, no quieran ser uno de ellos pues, no es garantía de éxito, es como decir que un título universitario garantiza lo mismo. Si bien el trabajo duro remunera cuando es reconocido, no hay que matarse más de lo necesario, y menos, suplantar otras cosas con el trabajo.

“Mom… I´m workaholic. And I´m OK with that¡”

2 Comments:

Blogger Selara Majere Piensa que...

Jajajaja como em alegra no ser workaholic en absoluto. Sabes creo que otra gran diferencia, es que alguien que trabaja duro entiende el sentido de "lealtad", esto es, nos dejamso los cuernos en el trabajo, pero sobre todo, nso importa lo que hacemos, entendemso que si trabajamso par auna empresa tenemso que involucrarnos (no demasiado claro) con al imagen de la empresa , con nuetsra posicion en ella 8hasta que tengamso uan posicion nueva:P), peor un workaholic, solo siente lealtad por el trabajo solo quiere seguir trabajando y si no saca la nariz del ombligo para ir a cojer con uan chica linda... tu te fiarias de que alguien asi va a dar un carajo por la empresa?

La lastima es que lso workaholics no son tan facilmente identificables hasta que empiezan a cagarla pero bien y ya es demasiado tarde.

2:04 AM  
Blogger Korkuss Piensa que...

Creo que mi workaholismo es de otra índole. Mi mente siempre está girando, siempre estoy inventando pendejadas nuevas en mi mente; es como el fotógrafo que en todos lados ve ángulos; yo siempre ando con ideas, historias y madre y media e nla cabeza.

Será porque mi traajo no está en la oficina, si no en mi mente, y más bien disfruto mucho estar creando cosas en mi imaginación. Afortunadamente eso no pasa sólo frente a una pantalla.

Eso sí, creo que lo mejor es sacar un poco de lo mejor de cada lado; ser dedicado, detallista, talentoso, divertido, saber cuando relajrse y cuando dejar la piel en la batalla.

Qué dibalos? Lo que importa son las mujeres desnudas, vamos por unas!

8:55 AM  

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