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Tuesday, October 17, 2006

Paseo Dominical

Hay cosas para las que la burocracia es tolerable por cuestiones de control, como por ejemplo, sacar una credencial de identificación, adquirir un arma para protección personal, sacar la matrícula de un auto, registrar un recién nacido, o registrar un deceso.

También hay cosas que pueden admitir algún grado de incompetencia e irresponsabilidad en las personas, porque la actividad que desempeñan no tiene un gran impacto en la vida de los demás. Si un jardinero no deja el ficus del camellón con la forma de un ave perfectamente representada, no pasará de que la gente al verlo diga: ¿Qué es?, ¿Un pato? ¿O un perro?. No pasa nada. De todas formas el jardinero cobrará y se irá a casa feliz de haber hecho un buen trabajo.

Lo mismo podría decirse del editor en jefe de una revista que está de moda y que gana un sueldo que muchos de nosotros ya quisiéramos. Sale su publicación mensual en la que viene una cantidad insultante de faltas de ortografía, redacción, mala calidad en el diseño editorial y errores en el contenido de la información. Claro, la gente no se va a cuestionar si lo que está leyendo es cierto, menos si es “correctamente cierto”. ¿Faltas de ortografía? Ok, todos tenemos, seguro a Octavio Paz se le fue alguno una vez. De todas formas el nivel de escritura de la gente no es muy bueno, no sabrían distinguir si está bien o mal escrito, y lo más probable es que cuando lo escriban mal tomen como referencia válida la revista en cuestión. Ni modo que una publicación que va a varios países tenga ese tipo de errores, ¿No?. Mala impresión y mal diseño editorial. Bueno, si es muy evidente ya saltará el anunciante que se queja porque su blanca y pura crema antienvejecimiento tiene un sospechoso color verdecadáverdetresdías, cosa que seguro no será bien visto por sus clientes potenciales.

De ahí en fuera, no pasará de uno que otro mail de un lector con tono de sabio milenario “Escriben con la cola, se dice convenzo, no convenzco. ¡Tarados!” Quizás una llamada de atención del jefe de ese jefe, y luego, todo seguirá igual. Las consecuencias de la incompetencia del equipo de la revista no va más allá de eso. Inofensivo.

Pero, en algunas otras cosas, la incompetencia debería ser la menos y muy, pero muy castigada, y la burocracia debería ser mínima, casi inexistente. Peor aún, hay algo en la que estas dos se mezclan con consecuencias que sí son importantes, que deberían importarnos porque nos afecta directamente: Los servicios de Salud.

El domingo 15 de octubre un amigo mío llamado Gerardo, fue a su clase matutina de Tae Kwon Do. Portador de un orgulloso cinturón rojo era de los más avanzados de la clase. Tenía algún tiempo, años de hecho, desde la última vez que había ido a entrenar, o ya de menos hacer ejercicio constantemente. “Si en la prepa podía a huevo que puedo ahorita”, además, ni modo de dejar que los cinturones de menor rango le vieran con la maestría de un koala. ¡Nunca!



Su hermano (cinturón negro), sostenía el dummy al que había que patear como si fuera un tipo que le agarró una nalga a su noviecita santa. "¡Esas nalgas sólo las toco yo!, Agarra bien el dummy." Dijo, y “KIIIIIIAAAAAAAAA!!!!” conectó una patada a la altura de la cara del agarranalgas imaginario. Acto seguido, cayó al suelo llorando como nena (palabras de su hermano). "Ya no seas mamón" dijo su hermano. A lo que el guerrero derrotado contestó lloriqueando: "¡no mames sí me duele güey!"

Sucedió que se le rompió el tendón de Aquiles. Ese que está en la parte trasera del tobillo y que va del talón a la pantorrilla. Como deben imaginar no es cualquier tendón, imagínense, si el mismo Aquiles, se jodió (aunque técnicamente fue más culpa del talón dejemos el tendón para efectos de este post), ¿Qué podía esperar un cinturón rojo de Tae Kwon Do?

Para dar más noción de la importancia de este tendón déjenme decirles que sin él no podríamos caminar. Es el responsable de que podamos hacer el pie hacia delante o hacia atrás, y además de ser EXTREMADAMENTE DOLOROSO, cuando se rompe no podemos estar en pie o caminar. De hecho, se sabe que los centuriones de las legiones romanas no ataban a sus prisioneros, simplemente les cortaban el tendón y luego les dejaban ahí en el piso. Buena forma de ahorrar soga y no gastar horas de sueño en vigilancia. Entonces no es de extrañar que nuestro héroe estuviera en el suelo llorando como nena.

Luego de ver su pie, y tocarle un poco para ver qué andaba mal, su hermano y amigos dijeron con sorpresa: “¡Ah, se te rompió el tendón!” De inmediato salieron a la clínica del Seguro Social más cercana, entraron a urgencias en donde les dijeron que tenían que sacar una cita para que lo atendieran. No mamen. ¿Cómo cita? ¿Qué no es urgencias? Pues sí, pero resulta que había toda una sala llena de gente esperando y no se daban abasto, y como no sangraba, pues seguramente podía esperar. Aunque, se les dio la considerada opción de esperar unas cuantas horas a ver si algún paciente no respondía al llamado de la enfermera. (Su lista de citas era parecida a la lista de espera de un restaurante).

lo llevaron de inmediato al hospital privado más cercano, una clínica llamada San José.

En urgencias el médico tardó un poco en atenderlo. Cuando llegó el joven doctor le preguntó que qué tenía, que cómo había sido, y luego de escuchar la historia le tomó el pie, lo revisó unos minutos, le pidió que moviera el pie hacia delante y hacia atrás, palpó la zona del tendón y luego dijo con gran certeza: “Se te rompió el tendón de Aquiles.” Todos se voltearon a ver con cara de: “Ok, ya sabíamos, ¿Y luego?”



El doctor salió del cubículo y unos minutos después regresó con varios vendajes y dijo con aire de sabiduría: “Te voy a poner un vendaje con la técnica del ocho.” Y se dispuso a envolver el pie del herido con una capa de vendas, una capa de algodón, vendas algodón, vendas algodón. De pronto entró otro médico joven y le dijo en un tono seco: “Ese no es un vendaje en ocho. Está mal.” El herido volteó a ver al que lo atendía con cara de: “No seas cabrón y di que sabes lo que estás haciendo”. El médico se defendió, “Claro que sí, ¡este es un vendaje en ocho!” El otro médico contestó con un incómodo: “Cómo quieras, es tu paciente.”

No jodan pues si no es cambiarle las llantas a los patines. Sabemos que en teoría los médicos saben bien de qué están hablando, y muchas veces, salvo que sea algo totalmente descabellado, uno da por cierto lo que el médico dice. ¿Pero qué pasa cuando en tu jeta, dos de ellos se pelean por algo tan simple como un vendaje?

Bueno, con todo y eso, el pie ya estaba vendado y su dueño sobre un par de muletas. Ahora todo sería el mayor reposo posible aunque quedaba la cuestión del trabajo, ver qué rollo con la incapacidad y el papeleo del seguro social para que lo operaran, porque como no tiene seguro de gastos médicos, él debía costear la cirugía, y bueno, uno no hace un apartado en la quincena “para cuando me rompa la madre”.

En teoría en el IMSS no debería existir mayor problema, por lo que su hermano y amigos fueron con receta, radiografías, notas de gasto y hasta el boleto de estacionamiento. Una señorita detrás de un mostrador los atendió mientras los escuchaba contestando con un “ajá, ajá, ajá”. Ella los dejó hablar, para luego terminar con un “Tiene que venir el enfermo personalmente.”

…Pero no puede caminar… Y en todo caso le resulta doloroso moverse. “Aquí están las radiografías, receta, teléfono de la clínica identificaciones…” La recepcionista sin cambiar mucho si actitud les dijo que entonces necesitaba o una constancia del médico, o una constancia de su jefe laboral dando fe de que, en efecto, la persona en verdad estaba lastimada. Total, que si no había nada de eso no le iban a dar ni su constancia del seguro social, ni iban a hacerle un espacio para que lo evaluara un médico del IMSS. ¡Que se le caiga la pata!

Fueron por el enfermo, y lo llevaron hasta las oficinas del IMSS, una vez con el herido frente a ella, la señorita no tuvo más remedio que ponerse a trabajar. Y luego de poco más de una hora, lo pasaron a un cubículo. El herido fue al grano y dijo que tenía roto el tendón de Aquiles, relato cómo fue y lo que le dijeron en el otro hospital. El médico hizo a un lado la radiografía argumentando que es muy difícil determinar el daño de un tendón en una radiografía.

Tomó el pie del herido y le pidió que lo flexionara de adelante hacia atrás, luego palpó la parte en donde normalmente está el tendón y dijo: “Jijos, se te rompió el talón de Aquiles…te podemos operar en unos días.”

¿Unos días? ¿Y mientras?. Total que poco después llamó la afligida madre para decirles que su papá conocía a un médico chingón con el que jugaba a las canicas de chavo y se iban de briagos más grandecitos, y que él lo iba a atender sin ningún problema.

Llegaron al consultorio. Le entregó las evaluaciones anteriores, le contó la historia y el doctor entonces tomó su pie, le dijo: flexiónelo de arriba hacia abajo. Luego tocó la parte en donde el tendón debía estar normalmente y dijo: “Tienes el tendón de Aquiles roto.” En ese momento el herido saltó y dijo: “¡Ya sé!, ¡ya sé!, ¿¡Qué tengo qué hacer para que me curen!? ¡Me duele un chingo y nadamás me traen de un lado a otro! En ese momento sus ojitos se pusieron como de caricatura. Su hermano comprensivamente lo miró y le dijo: “¡Ya Güey! No vayas a empezar a llorar otra vez como señorita!”

A partir de ese punto lo encamaron, le pusieron un vendaje decente, y lo programaron para una cirugía a las 7:00 de la mañana. Apenas iba a dormir 4 horas.



Todo eso me hace cavilar alrededor del juramento de Hipócrates que hacen los médicos al recibirse. Entiendo que lo sigan recitando a la hora de recibirse como médicos como parte de toda esa aura misteriosa de la medicina. Uno no es cualquier licenciaducho o ingeniero cuadrado. Es un médico, “el doctor”. El que se sienta a la derecha del cura en el pueblo. Lo que no me trago es que ellos (No todos claro, debe haber sus buenas excepciones), CREAN en el juramento que recitan como pericos cuando se convierten en médicos hechos y derechos.

Si buscan en la red van a encontrar una gran cantidad de versiones del juramento, pero ninguna es igual, pues, como a la más puta de la generación, todo mundo le mete mano. Así está mutilado, modificado, agregado u omitido en diversos puntos. Aquí puse uno que, a mi parecer, rescata el tono de lo que quiere decir, aunque con todo, está incompleto.

“Juro por Apolo médico, (Apolo le pasó el secreto de la medicina a un Centauro, que es el que aconseja a Jasón en una noche estrellada, ¿recuerdan? En esta versión faltó Asclepios, conocido por los romanos como Esculapio y que, según la mitología, no era cualquier medicucho, sino hijo mismo de Apolo con alguna perdida de ese tiempo) Higia y Panacea, (Estas son las diosas de la salud y de la curación respectivamente, en mitología son hijas de Asclepios, aunque en el mundo real tuvo hijos. Igual y eran dragqueens) y por todos los dioses y diosas, a quienes pongo por testigos, que cumpliré, lisa y llanamente, con todas mis fuerzas e inteligencia, el siguiente juramento y obligación escrita:
Tendré a mi maestro de medicina en el mismo lugar que a mis padres
(Eso ya no aplica, ahora son un chingo y puede que los admires, pero un lazo tan fuerte ya no existe), partiré con el mis haberes (No ni madres, tengo hijos que mantener y un mercedes que pagar), y si necesario fuere, yo proveeré a sus necesidades. A sus hijos, los tendré como mis hermanos (Ja! Ni conozco a esos weyes), y si ellos quisieran aprender el arte de curar, se lo enseñaré sin pago de ningún género y sin obligación escrita (Not in this time). instruiré con preceptos, con lecciones orales y con los demás medios de enseñanza a mis hijos, a los de mi maestro y a los demás discípulos que se me unan por convenio y juramento, conforme está determinado en la ley médica, y a nadie más (no sea que luego se automediquen a lo pendejo o peor aún, se curen solos).Estableceré el régimen (Aquí se refiere a régimen alimenticio, este wey era conciente de que la buena alimentación es fundamental, si hubiera conocido las pendejadas que comemos hoy se caga) de los enfermos de la manera que les sea más provechosa, según mis facultades y mi entender, y me abstendré de cometer todo mal y toda injusticia.

A nadie daré veneno, y si alguno me propone semejante cosa, no tomaré en
consideración la iniciativa de tal sugestión
(Debe haber sido muy socorridos para eso). Igualmente me abstendré de aplicar pesarios (aparato que se coloca en la vagina para corregir el descenso de la matriz) o abortivos. Pasaré mi vida y ejerceré mi profesión con inocencia y pureza.
No haré la operación de la talla (Destinada a extraer los cálculos renales, algunos la mencionan como enfermedad de la piedra.), sino que dejaré esta obra a los maestros que de ella se ocupan. (Muy conciente, muchos deberían aprender de eso, si no sabes, mándalos con quién si sepa).



En cualquier casa que yo entre, lo haré para utilidad de los enfermos, me abstendré de toda falta voluntaria y de toda acción injuriosa, corruptora o de seducción. (Aquí falta una parte que dice que se mantendrá libre de relaciones sexuales ya sea con hombres y mujeres, ya sean libres o esclavos. ¡Nada de pagos en especie!). Cualquiera cosa que yo vea; diga o entienda en la sociedad, sea en el ejercicio de mi profesión o fuera de él, si es conveniente que no se divulgue, la guardaré en secreto con el mayor cuidado, pues considero el ser discreto como un deber en semejantes ocasiones.

Si observo con fidelidad mi juramento, séame concedido gozar felizmente
de mi vida y de mi profesión, honrado siempre entre los hombres; y si la quebranto y perjuro, que caiga sobre mi la suerte contraria.”


Mmmmm… releyéndolo tiene su encanto… Hipócrates no tiene la culpa. Ojalá topemos con los buenos doctores. Menos burocracia y más vocación.



Según Durex, los mexicanos tienen en promedio 97 relaciones sexuales al año. Suponiendo que empieces a los 17 y mueras a los 70 cogerías 53 años, de a 97 veces por año, obtendrás la miserable cantidad de: 5,141 revolcones.

3 Comments:

Blogger Korkuss Piensa que...

Madres!!! Eso suena doloroso!! Siempre lo he dicho, los doctores no son confiables, y más aún los de servicio público.

También dile a Gerardo que no invente, a sus años y sin tomar precauciones, chaaa...

Ni hablar, espero que se mejore pronto.

Y sí, la estadística de los revolcones está triste, afortunadamente uno siempre puede levantar un poco el número jejeje.

PD: Convezo o convenzco??? Jajaja

9:13 AM  
Blogger Selara Majere Piensa que...

Como miembro de una familia que mayoritariamente esta compuesta por medicos puedo decir, No te fies de ellos ni loco!!!!!!!!!!

Un tio mio solia decir, "si a nuetsros ilustres familiares les vistieran de verde en vez de con uan bata blanca, se les juzgaria en el tribunal de lso derechos humanso por torturadores de masas"

pero que conste que yo les quiero mucho, son familia, peor les quiero mucho lejos de mi persona :P

que media tannn baja, tendre que mudarme a mexico a ayudarles con la estadistica.

1:52 AM  
Blogger Outsider Piensa que...

K: Si sí. Al menos el doble!!

Sel: Acabas de redefinir mi concepto de "ayuda internacional" :)

5:08 PM  

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